La automatización, llamada la «tercera revolución industrial», está destinada a transformar el sector de la restauración. La hostelería está en medio de una revolución tecnológica enorme: sistemas de pago automatizados, apps móviles, kioskos de autoservicio, drones de entrega… incluso robots camareros. Este cambio puede personalizar las experiencias de los clientes, utilizando para ello inteligencia artificial para poder así crear menús específicos para clientes particulares. Al añadir información sobre las preferencias de clientes y pedidos previos, la IA puede recomendarles bienes y servicios que cumplan sus intereses específicos, ahorrándole así al cliente tiempo y energía. El procesamiento del lenguaje natural podría incluso permitir a esa IA el poder comunicarse dinámicamente con los clientes, justo igual que hacen los humanos. La incorporación de esta IA en el servicio de un restaurante elimina el riesgo de los errores humanos del modelo tradicional. Incluso los camareros veteranos cometen fallos bajo presión. Aún así, la tecnología no es infalible: los restaurantes que posiblemente prosperen en 2019 serán aquellos que todavía puedan funcionar «a la vieja usanza» cuando estos sistemas se bloqueen. El éxito posiblemente está en la combinación fluida entre la automatización con IA y el modelo tradicional humano: los clientes posiblemente se sentirán atraídos por esta visión, y lo que es más, lo verán como algo superior, auténtico, mucho más agradable que un restaurante puramente tecnológico.
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