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Gestión del rendimiento

La industria alimentaria debe empezar a utilizar la gestión del rendimiento para aumentar los beneficios, tal y como ya hicieron el sector hotelero y las aerolíneas. La gestión del rendimiento es una estrategia de precio variable. Al vender el mismo producto a distinto precio según el momento o el cliente, el restaurador es capaz de generar el máximo beneficio con un inventario fijo. Por ejemplo, un restaurante puede reducir los precios a clientes que deciden comer fuera de las horas de almuerzo y cena tradicionales, atrayendo así a los clientes que gastan fuera de las horas punta. La revolución en las ventas ocurrida con las aerolíneas y el sector hotelero se puede replicar muy bien en la industria alimentaria del 2019 a través de la gestión del rendimiento. Los modelos de precio dinámico permiten a los restaurantes obtener más dinero donde previamente lo habían perdido: en vez de rechazar clientes en horas punta por falta de espacio, pueden sacar beneficios al redirigir esos clientes a compras más baratas fuera de los momentos más concurridos. La gestión del rendimiento se entrecruza con otras tendencias del 2019, como las redes sociales y el uso de la IA. Estas tecnologías permiten a los restaurantes personalizar específicamente sus bienes y servicios, adaptándolos a las necesidades de los consumidores individuales. El aprendizaje automatizado y la IA permiten el aumento de las ventas personalizadas Es más, la gestión del rendimiento ayuda a los restaurantes a economizar, dirigiendo los costes de forma dinámica donde se necesitan más, basándose en un consumo variable.

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